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domingo, 17 de agosto de 2014

El Estrés: cinco estrategias para manejarlo


Según la Real Academia Española, la palabra estrés viene del vocablo inglés stress, y se refiere a la “tensión provocada por situaciones agobiantes y que origina reacciones psicosomáticas”. Todos hemos escuchado o representado los síntomas en una situación particular en la cual sentimos que nuestros recursos son insuficientes para afrontar lo que está ocurriendo en nuestra vida. Sin embargo, esta sensación de estrés es una respuesta perfectamente natural de cualquier organismo vivo ante una sensación de peligro, que prepara al cuerpo para el ataque, la defensa o la huida, y de ese modo maximizar nuestras posibilidades de supervivencia. Sin embargo, al contrario de los animales, las situaciones de peligro en la sociedad moderna no se resuelven instantáneamente, dado que las interacciones sociales son muy complejas y se nos pide que tengamos un adecuado manejo de las emociones.
En la mayoría de los casos como los problemas económicos, laborales, y familiares; el afrontamiento no se hace por velocidad, sino por resistencia (como la fábula de la liebre y la tortuga, donde la tortuga triunfa por su perseverancia). Para poder tener éxito en esas situaciones debemos desarrollar recursos internos que nos permitan manejar las emociones asociadas al estrés antes que éstas comiencen a desgastar nuestro cuerpo. El estrés está relacionado con una cantidad de trastornos de la salud, tales como los problemas estomacales trastornos del sueño, y deterioro del sistema inmunológico, lo que aumenta la posibilidad que tengamos todo tipo de enfermedades desde gripe hasta el desarrollo de cáncer.

SI bien el estrés es natural en la vida cotidiana, que está llena de retos metas por cumplir y muchos peligros, es importante aprender a manejarlo. He aquí cinco estrategias para manejar el estrés que podrían ayudarte.
1. Respira: Se ha demostrado que concentrarse en la respiración y la relajación corporal es uno de los más potentes antagonistas de emociones como el miedo o la rabia. Tómate unos minutos para respirar profunda y ventralmente (desde la barriga), tratando de concentrar tu mente en lo que está pasando en tu cuerpo. Esta técnica es especialmente recomendada antes de ir a dormir.
2. Concéntrate en el aquí y el ahora: hay cosas que podemos controlar y otras que no, y de nada sirve “preocuparse” si no nos podemos “ocupar” de resolver ese problema que nos está carcomiendo por dentro con rapidez. Trata de orientar tu atención en el problema que puedes resolver en ese momento. Un paso a la vez, se escala una montaña.
3. Habla sobre ello con alguien: el guardarse las angustias es una de las cosas más nocivas para la salud que se puede hacer. Somos seres sociales, y tenemos una necesidad de desahogarnos para de esa manera “sanar” por dentro. El contar las cosas nos darán nuevas perspectivas para resolver el conflicto. SI sientes que no puedes hablar con nadie conocido, busca el apoyo de un psicólogo o un ayudante espiritual, como un sacerdote.
4. Busca actividades relajantes: es necesario incorporar a nuestra vida actividades que nos ayuden con las emociones que sentimos. Si estamos agobiados por el agotamiento, puede ser necesario descansar, tomar un baño relajante o respirar. Si tenemos miedo o rabia, probablemente nos ayude hacer ejercicio, nadar o simplemente una caminata enérgica. Moverse es importante para desintoxicarse y alejar la atención de cosas que no podemos resolver en ese momento.
5. Aceptar las emociones como propias: todos los sentimientos asociados al estrés tienen una función, que es protegernos y asegurar nuestra supervivencia. La primera clave para resolverlos es aceptar esos sentimientos como propios y buscar una forma de manejarlos no “encerrarlos”.
Si sientes que tienes problemas a la hora de manejar las situaciones agobiantes, no dudes en consultar con el profesional de la salud mental de tu confianza.
Más Información sobre el estrés en el enlace: https://www.apa.org/centrodeapoyo/estres.aspx

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